- APOCALIPSIS -

Después de incontables esfuerzos, se descartó la idea de descubrir otras formas de vida. La hipótesis de probables entes orgánicos derivados del silicio que evolucionaron alternativamente en lejanas galaxias resultó errónea. La humanidad se acostumbró a vivir en una amalgama de resignación y complacencia. Paradójicamente y contra todo pronóstico, el ansiado contacto se produjo... en nuestro propio planeta.

Los visitantes se materializaron de la nada. Eran apenas una decena, suficientes para aprender que no éramos el centro del universo; existían otros descendientes legítimos de la Creación.

Aparecieron enfundados en extraños trajes de cuerpo entero y diseño futurista, salpicados de cables y sensores casi de forma ridícula, flotando entre las corrientes de aire. Eran humanoides prácticamente a nuestra imagen y semejanza, pero parecían irreales e intangibles, como espejismos multicolores. Recordaban las proyecciones holográficas que se exhiben en las salas de arte.

Nos ignoraron a pesar de numerosas tentativas por comunicarnos. Temerosos, esperábamos adivinar sus intenciones y confiábamos en que fueran benignas. Es imposible explicar con meras palabras el shock emocional que sufrió nuestra especie; fue un acontecimiento social perturbador y traumático. Incluso se constituyó una religión que adoraba a los extraterrestres como si fueran dioses.

Creíamos que nos encontrábamos en el umbral de una nueva era, el albor de un futuro orden. La utópica unidad mundial por primera vez fue real, los países vecinos olvidaron viejas rencillas y odios. Los intereses particulares se relegaron a un segundo plano para que la humanidad afrontase solidaria tan magno evento cósmico.

¿Cuál sería la relación que mantendríamos con aquellos seres superiores?

La respuesta aún nos es negada porque los alienígenas nos abandonaron tan rápido como vinieron. Pero antes de evaporarse en el éter, dialogaron entre ellos en un lenguaje desconocido, aunque sospechosamente familiar. Murmuraron palabras sin sentido, frases inconexas; algo relativo a: universos simulados, paraísos artificiales, vacaciones virtuales y fin del program...


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 1994)

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