Claudio Landete Anaya


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CÓMO ESCRIBIR CIENCIA FICCIÓN
por Claudio Landete Anaya

Resumen del artículo publicado en Ad Astra y en "Narrativas Fantásticas", Libro Andrómeda número 2.


-Regla 1-
Si deseas ser escritor de ciencia ficción, deberás incluir en las tramas: personajes, problemas, tópicos, inventos o teorías supuestamente acordes con el método científico.

-Regla 2-
Se considera fallido aquel relato ultracorto que , una vez leído, no puede resumirse en una sola frase.

-Regla 3-
Nunca empieces a escribir sin saber dónde vas. El argumento ha de estar ya maduro en la mente antes de la redacción. cuando comiences a escribir ya debes tener una visión clara de la obra, de principio a fin.

-Regla 4-
No puede haber más de una idea principal en el relato ultracorto. La multiplicidad de factores narrativos le resta capacidad de turbación y sorpresa.

-Regla 5-
La ciencia ficción es la «literatura del cambio». Habrás de presentar acontecimientos trascendentales que originan repercusiones. Es un recurso casi obligado ya que la especulación se sustenta en la dramatización de sucesos.

-Regla 6-
En la novela el argumento está formado por la suma de todos los nudos o núcleos fundamentales de la acción. La síntesis de la novela de ciencia ficción debe responder a: ¿qué?¿quién?¿dónde?¿cómo?¿cuándo?¿por qué?

-Regla 7-
La psicología alienígena o artificial imaginada, aunque exótica y discrepante, no puede diferenciarse en gran medida de la mente humana para que el lector se identifique con la narración.

-Regla 8-
No hay pesadilla más ingrata que la cruda realidad. Cuánto mayor sea el grado de reflexión sobre la sociedad, más distante en el espacio, tiempo, tecnología o costumbres deberá ser la escenificación alternativa.

-Regla 9-
La idea sobre la que se articula una historia no debe explicarse como en una clase académica, sino haciendo que les ocurra algo a los personajes que origine una alteración en su vida.

-Regla 10-
Ser escritor constituye también un talante. Aunque la ciencia ficción sea una literatura de ideas y se deba ser celoso de ellas, nunca niegues consejo o ayuda desinteresada a otro escritor del género.



- SETENTA VECES SIETE -

No es agradable la labor de albacea testamentario. Se tienen que hacer cumplir las últimas voluntades de un difunto y custodiar sus bienes hasta que se reparten entre los herederos. Más ingrata es la situación si el fallecido, como en este caso, es un amigo: Jesús Barrientos. Un matemático, un hombre lógico dentro y fuera de las aulas.

Aquí me encuentro, en un trance difícil, lamentando su reciente ausencia y con un sobre lacrado, sin destinatario, y que no consta en la relación de bienes a repartir entre sus familiares. Especulando sobre el posible contenido, para poder tramitarlo como mejor corresponda, decido abrirlo en la soledad de mi despacho.

Dentro encuentro una nota manuscrita del propio Jesús:

No sé a ciencia cierta por qué escribo estas letras. Salvo el reflejo innato en los hombres de dejar constancia de nuestro paso por este mundo.

Siempre enfoqué la vida desde una perspectiva lógica. Fui creyente, no por una fe inculcada en la infancia; si no porque desde un punto de vista matemático la decisión de creer o no, aunque tiene la misma probabilidad, no sucede así con las posibles pérdidas o beneficios que puede reportar el aceptar o no la doctrina de la Iglesia.

Si resulta que la fe de la Iglesia es falsa, nada se habrá ganado. Pero si es verdadera, se alcanza la eterna bienaventuranza del paraíso. No voy a apropiarme de la autoría de esta reflexión, se conoce desde los tiempos del matemático Pascal.

Con el paso de los años, fui ahondando más en temas teológicos.

Llegué a la conclusión de que las religiones promueven una ascensión, un cambio en la existencia del hombre de forma análoga a la expuesta en la teoría de tipos lógicos. Las personas, en tanto que comparten una característica específica común, no son más que miembros de grupos, de asociaciones de carácter lógico.

Ese esquema tan simplista en apariencia, no lo es tanto, porque según dos teoremas de otro matemático: Gödel, igual que una persona individual puede formar parte de la Humanidad, pero no puede ser la Humanidad misma. Igual sucede con la Divinidad. La comprensión del grupo están siempre en un nivel superior.

Cualquier afirmación nacida en el sistema no se puede demostrar ni refutar dentro de sus fronteras. Cualquier cambio debe ser provocado desde fuera, desde un nivel más elevado. Aquí entraría en acción la Palabra de Dios, el verbo divino que en distintas formas y maneras nos han legado las distintas religiones a lo largo de la historia de la humanidad.

Para abarcar al grupo de creyentes es necesaria una entidad externa, en el caso que nos ocupa… un Dios. Ya llegamos, mi sorprendido amigo, al quid de la cuestión. ¿Qué es Dios? Muy sencillo, la totalidad o clase que abarca y define a todos los miembros del grupo creyentes.

Si estás leyendo éstas, mis últimas voluntades inmateriales, es que habré muerto a pesar de no sufrir enfermedad ni dolencia importante. La tantas veces comentada imperfección de la carne, no es más que una jerarquía de nivel lógico. Mientras asciendes a un nivel superior, te desvaneces en el inferior.

Tienes que decidir si continúas leyendo el fruto de mis últimos instantes de vida. Más adelante explico con detalle el exacto valor lógico de la palabra divina en la religión Católica; empezando por algo elemental, el verdadero significado de perdonar setenta veces siete a quien te ofenda.

Aunque tienes que ser consciente de que conforme comprendas…


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2.010)


- LA PARADOJA DEL MENTIROSO -

Era un Primer Enseñante, no cabía la menor duda porque no tenía cejas. Ni cejas ni ninguna otra manifestación de vello en el cuerpo. Lo que le concedía una apariencia casi transparente. Como si toda su persona fuera accesible, sin ningún recoveco de intimidad. Expandió un prisma de datos y comenzó a leer. Era un enunciado antiguo que, en distintas formas y contextos, se había repetido a lo largo de la historia de la ciencia a manos de matemáticos y filósofos. El valor del escrito residía en que era una antigua contradicción lógica

«Todos los cretenses son siempre embusteros, malas bestias, panzas holgazanas.
Verdadero es tal testimonio…»
Epiménides. Siglo VI a. C.

Los novicios estallaron en risas ante el descaro y mal gusto de la cita. El Primer Enseñante alzó la mano y les conminó respetuosamente al silencio:

-No lo entendéis. Epiménides era cretense. ¿Cómo debemos tomar, entonces, esta afirmación? Porque si los cretenses decían siempre mentiras, por fuerza, Epiménides tampoco era franco en tal comentario y tendríamos que imaginar lo contrario de lo expuesto: a los cretenses como personas trabajadoras y honradas. Entramos en un bucle del que es difícil, si no imposible, salir.

Aaron era el más decidido del grupo y no fue de extrañar que tomara la palabra:

-Más preocupante veo yo el asunto desde la perspectiva de que concretamente usted, un Primer Enseñante nada menos, condicionado desde su nacimiento para ser asertivo, haya sido capaz de leerlo sin un leve titubeo en la voz. Nada apreciable en su lenguaje corporal ha delatado que usted… -no se atrevió el novicio a concluir.

-¿Quieres decir que de alguna manera he leído una mentira, con conocimiento de ello? No te precipites, sopesa la situación. ¿No será sólo que me estoy contradiciendo al leer la reseña de Epiménides?

-¿Acaso no es lo mismo, sabiendo de antemano que no es plenamente cierta? –respondió el novicio.

-A los griegos les tenía perplejos que enunciados como del que hablamos, de apariencia perfectamente clara, no pudieran ser ni verdaderos ni falsos, sin contradecirse de alguna manera a sí mismos. La lección de hoy es muy importante porque, igual que vosotros, la sociedad no comprende que un Conciliador, que ha perdido la facultad de mentir, pueda, sin embargo, exponer sin ningún problema toda una suerte de: parábolas moralizantes, paradojas matemáticas...

Betina entró en escena, era la más intelectual del grupo.

-Las parábolas y las paradojas no pueden tomarse como mentiras, no han tenido en sí una repercusión en la vida real. Son imposibilidades lógicas, señor. La mente sabe que no han sucedido. Por eso los Conciliadores pueden formularlas sin dificultad.

-Has dicho las palabras precisas, como siempre, Betina –corroboró el Primer Enseñante.

Comenzaron con la parte práctica de aquella clase, juegos del lenguaje que no se podían comprender sin olvidar los aspectos humorísticos para tratarlos con mayor seriedad porque la lección de ese día consistía en encontrar la verdad subyacente en las cosas, aquella que está por debajo de las apariencias y formas; aquella que nos hace, en el fondo, mejores personas.

Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2010)



- EL GRITO ESTRANGULADO -
1

Cierro la cancela que lleva a la piscina y encamino mis pasos precipitados hacia la recepción del balneario con el albornoz abierto, mostrando el bañador todavía húmedo y mirando de no tropezar con el cinturón suelto a causa de las prisas. Cuando llego al hall, ignoro las miradas de sorpresa que me dirigen algunos huéspedes que están comprando postales, hablando por teléfono o leyendo el periódico en la entrada del edificio.

-Me dijeron que el grupo era homogéneo. El folleto ponía explícitamente «entorno cerrado». Esto es publicidad engañosa. Me quejaré… ¡Vaya si me quejaré!

-Tranquilícese, por favor. ¿Qué es lo que le sucede, Sr. Utalpe?

-En la piscina. Me disponía a darme un baño y he visto un… un…

Breve pausa, como si no fuera posible pronunciar aquella palabra delante de los presentes y no quedar marcado de alguna manera.

-Si piensa que no voy a ser capaz de articularlo, se equivoca: un Yargacil que a juzgar por el movimiento de su surtidor, se lo estaba pasando de miedo haciendo burbujas y más cosas que me callo delante de los presentes por pudor.

-¿Un Yarg, en la piscina?

-Sí, tal como suena. Y no voy a bañarme, mientras semejante bicho hace sus cosas en el agua terapéutica del manantial.

-Eso no es posible y usted lo sabe.

-¡Claro que lo sé! Por eso he venido a quejarme de que el grupo de huéspedes no es homogéneo.

-Le aseguro que nuestro departamento de admisiones no comete un error de tal calibre. Ustedes vienen a este balneario a reponerse del stress, la fatiga y la saturación sensorial fruto de la sociedad actual. Nos cuidamos mucho de alejarles de la deslumbrante variedad de modelos y de estilos de vida que experimentan a diario.

-Pues acabo de tener una crisis en plena piscina. ¿Cómo explica eso? ¿Cómo he podido vislumbrar esas sensaciones?

-El sistema de interacción es estable, se lo garantizo.

-Pues algo se les ha escapado –comentó el Sr. Utalpe, levemente más calmado.

-¿La crisis sólo ha consistido en ver al Yarg o también ha llegado a oler su característico hedor o escuchar el rechino de dientes?

-Ahora que lo dice… ha sido una experiencia meramente visual.

-Podemos solucionarlo, todavía no ha arraigado lo suficiente. Revisaremos todos los vínculos personales que ha establecido con sus compañeros de estancia. No permitiremos que su identidad corra peligro, tiene mi palabra. Déjeme hacer unas llamadas y relájese.


2


-En algún sitio hay un sujeto disonante que ya ha ocasionado una crisis multifrénica –dijo el jefe de seguridad a su equipo-. Será difícil porque el grupo, en un primer filtro, parece homogéneo por completo. Tendremos que buscar cualquier cosa. Puede ser un heterodoxo que vaya en sentido contrario a la norma vigente, pero que ha sido capaz de burlar los filtros; o quizás un resignado que en vez de oponerse, exagera el entorno hasta el extremo de desequilibrarlo. Encuentren el contacto inverosímil que ha viciado el entorno recurrente. Sea lo que sea, sea quien sea, lo tenemos que encontrar y rápido.

»Eviten a toda costa que se propague un efecto de imitación en el resto de veraneantes. Esa gente ha pagado mucho dinero por establecer vínculos con personas que sean igual que ellos, encontrarse a sí mismos reflejados un sinfín de veces en los demás. Reconocer replicado hasta el infinito su mismo modelo de conducta en el resto de huéspedes, para darse confianza y apuntalar una identidad que se desestructura en su existencia cotidiana. Piensen por un momento, la sociedad les obliga a ser varias personas distintas, a asumir varios roles diferentes durante el transcurso del día. Llega un momento en que ya no se reconocen ni en el espejo ni en su reflejo en el agua.

Antes de iniciar la búsqueda resonaron las últimas palabras del jefe de seguridad:

-Actúen antes de que tengan una percepción auditiva, si llegan a escuchar el grito estrangulado de su alma, su consciencia maltratada, entonces será demasiado tarde para recuperarles. Y si no pueden volver a ser ellos mismos en algún momento… ¿Qué les queda? ¿Qué nos queda a todos nosotros?

Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2.010)

ALCANZAR LAS ESTRELLAS

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Hoy en día vivimos en plena época de los descubrimientos de Robert Hutchings Goddard, un científico acerca del que poco se recuerda a nivel general, aunque ha sido ciertamente relevante en el desarrollo de la humanidad. Este hombre detestaba la publicidad y lo único que realmente le interesaba era la investigación.


Goddard fue el padre de la propulsión-cohete; el pionero en poner a prueba en el año 1923 ese nuevo concepto. Construyó un prototipo de motor de cohete, utilizando combustibles líquidos (gasolina y oxígeno líquido). Y en sólo tres años más tarde, se las ingenió para lanzar a la atmósfera el primer cohete que se elevó 60 metros por encima de un campo nevado en Auburn, Massachusetts. A ese hito siguieron otros, artefactos voladores más grandes que transportaron instrumentos de medida (barómetros, termómetros y cámaras fotográficas)


Elaboró muchas de las ideas que siguen explotándose en el campo de la aeronáutica y del viaje espacial. Entre 1930 y 1935 sus ingenios alcanzaron velocidades de 880 kilómetros por hora y diseñó sistemas de guía y giroscopios para mantener el rumbo deseado. Patentó también la idea de los cohetes de fases múltiples.


Lamentablemente, le acompañó durante su carrera de investigación una fama inmerecida de chalado que quería llegar a la Luna y que le acarreó un cierto desprestigio. Aunque en realidad lo único que hizo fue demostrar teóricamente que era factible para un cohete el llegar a otro planeta e intuyó las posibilidades de la propulsión atómica y eléctrica.


Paradójicamente, el gobierto norteamericano casi no llegó a interesarse por sus trabajos; mientras que los científicos alemanes aplicaban los principios de Goddard para crear las bombas volantes V-2, precursoras de los misiles, y que podían haber otorgado el predominio de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.


Finalizó la guerra y los expertos alemanes fueron llevados a unos Estados Unidos deslumbrados por los logros aeronáuticos del enemigo. Cuando les preguntaron acerca de su ciencia, no llegaron a comprender cómo era que les preguntaban a ellos. Quedando en evidencia el nivel de ignorancia en su propio país de la figura y logros de Robert Hutchings Goddard, a pesar de ser la máxima autoridad en esa rama de la ciencia.


Goddard no llegó a disfrutar de su momento, pues falleció el 10 de agosto de 1945. Fue un hombre anticipado a su tiempo. Pero su figura se puede considerar ciertamente rehabilitada.

A partir de 1958 a instancias de su viuda, se constituyó un galardón anual que se concedía en el transcurso de una cena a la persona o grupo de personas que se habían distinguido en el último año en el desarrollo del vuelo espacial dentro de los Estados Unidos: el Trofeo Memorial Goddard.


El doctor Wernher von Braun fue la primera persona que recibió el premio y John Glenn fue el primer astronauta que mereció esta distinción. En los años 1969 y 1970 fue concedida a las tripulaciones de las misiones Apollo 8 y 11.


La NASA dio su nombre a un centro de vuelo espacial en Greenbelt (Maryland), y el Congreso de los EEUU autorizó la creación de una medalla de oro en su honor.


Un último apunte que ilustra más si cabe el ingenio de este científico. De las 214 patentes norteamericanas a nombre de Goddard, 48 le fueron concedidas en vida, 34 después de muerto, aunque las había solicitado antes, y 132 fueron solicitadas por su viuda y su abogado con posterioridad a su fallecimiento.


Un recuerdo al hombre que básicamente quería estudiar las capas superiores de la atmósfera, pero que nos acercó a las estrellas.


Claudio Landete Anaya
Mataró, 28 Enero 2008

LOS ECOS DESPERTADOS

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“Una china tirada a un estanque suscita ondas concéntricas que se extienden sobre su superficie, involucrando en su movimiento, a distancias distintas, con distintos efectos, al nenúfar y al junco, al barquito de papel y a la balsa de pescador. Objetos que se mantenían a su aire, en su paz o en su sueño, son como reclamados a la vida, obligados a reaccionar, a entrar en relación entre sí. Otros movimientos invisibles se propagan en profundidad, en todas las direcciones, mientras la china en su caída remueve algas, espanta peces, provoca siempre nuevas agitaciones moleculares…”
Gianni Rodari
Gramática de la fantasía

El proceso de explicar historias se asemeja mucho al hecho de lanzar una piedra a un estanque. Y el impacto provocará bien ondas de superficie o de profundidad. Esta reacción en cadena suscitará en el lector analogías y recuerdos, un llamado a la curiosidad, un reclamo a la experiencia propia, a la memoria, al inconsciente… según la finalidad perseguida en cada obra. Ésa es básicamente la técnica del relato: despertar unos ecos en la mente bien basados en una combinación sugerente de elementos ya presentes en la cotidianeidad o bien en unas premisas explicadas al inicio de la narración, a modo de reglas del juego literario en el que aceptamos participar, si nos aventuramos a seguir leyendo.

Un ejemplo ilustrativo que se ciñe a este esquema dentro de la corriente principal de la literatura y sobre el que existen referencias es el relato El dolor de Marguerite Duras, donde la protagonista encuentra unos cuadernos de diario que no tiene conciencia de haber escrito (elemento trasgresor, punto de divergencia…) y que sin embargo sabe que son suyos. Para, con posterioridad, ir analizando en la historia diferentes formas de dolor (ondas de choque, ecos despertados…), relacionadas con la deportación del gran amor de su vida.

Pasemos ahora al ámbito de la ciencia ficción.

En los primeros estadios de un escritor de ciencia ficción, la reacción primordial que busca es la de sorprender. Y el énfasis está en mostrar principalmente el impacto de la piedra en el agua. Narraciones ya clásicas de este tipo podemos citar por ejemplo: Los hombres son diferentes de Alan Bloch en la que un robot intenta reparar los circuitos termostáticos de un hombre y, consecuentemente, lo mata; Aunque caiga un gorrión de Scott Nichols en la que se descubre que la finalidad de la especie humana ha llegado a su fin pues era la transmisión recién realizada de un mensaje encriptado en nuestro código genético; En el cometa de Arthur C. Clarke el típico relato que sorprende con una amena divulgación científica; Arde el cielo de Harlan Ellison que muestra una conmoción cosmológica y cultural, una original y deprimente lección de humildad a la humanidad.

Otra perspectiva curiosa es contar la historia desde atrás hacia delante, es decir reparando primero en las ondas, en las repercusiones lógicas, mostrando un escenario que no se comprende completamente hasta que el autor no te permita vislumbrar el momento cero donde la realidad literaria se separó de la real. El efecto es la cuadratura del círculo: «ahora ya lo entiendo». La X señala el paso de peatones de Fritz Leiber se ciñe, según mi opinión, a este esquema, con una sociedad demencial en la que peatones y conductores están en un conflicto permanente, una lucha violenta sin cuartel, y que no comprendes hasta que te explica que el Coeficiente de Cordura de la población decae progresivamente y es el responsable de un panorama tan surrealista. Por citar otro ejemplo con parecida estructura literaria, Con un dedo en mi ego de David Gerrold que muestra una realidad distorsionada a causa de distintas percepciones y creencias en los cambios.


Personalmente, pienso que la verdadera excelencia en el arte de narrar cuentos se da cuando recurres exclusivamente a la forma de combinar lo cotidiano, dejando los elementos transgresores o las singularidades científicas que lo justifican reducidos a una mínima expresión: una simple mención. Sin apenas distorsiones, no se aprecian ondas en la superficie del estanque pero la agitación está en la profundidad. Se persigue provocar la mayor conmoción en el lector pues le enseñas cómo la fuerza de la ficción puede abrirse camino sin máscaras hasta las puertas de la propia realidad. El rebaño de César Mallorquí es un ejemplo muy válido: extinguidos los hombres, no se puede decir que la sociedad humana haya desaparecido hasta que sus obras también llegan a su fin: la muerte del último perro pastor y del rebaño que guarda. Otro ejemplo digno de consideración pienso que es La cosa de Richard Matheson, donde los asistentes a un espectáculo contemplan sencillamente lo imposible: la máquina del movimiento perpetuo que no permitirán que se pare nunca.

Claudio Landete Anaya
Editorial del Grupo de Ficción Especulativa. 2 Mayo 2010.






- LA ÚLTIMA REVOLUCIÓN -


Nada ha cambiado al erradicar la muerte de nuestra sociedad. Nada en absoluto. La promesa de felicidad ha quedado incumplida, como tantas otras en el pasado. ¿Y sabéis por qué? Porque los intereses permanecen inalterables. En una sociedad cuyos miembros tengan intereses no coincidentes, se producirá sin excepción un conflicto entre los mismos. Esta circunstancia se llama como bien sabéis lucha de clases.

El fenómeno es simple: los miembros de cada clase social procuran mejorar su condición a expensas de las otras. No nos engañemos, en el mundo no ha habido en realidad conflictos de otra especie por mucho que se los disfrazara con nombres tales como religión, patriotismo, política…

De un tiempo a esta parte, la lucha por parte de los dominantes se va haciendo cada vez más evidente y descarnada, desprovista de máscaras. Y ya sabemos que no cabe invocar a ninguna justicia social.

Continuaré siendo sincero con vosotros, compañeros, la estructura capitalista nunca ha sido destruida por los ataques de sus enemigos de clase, ni por descomposición interna. Entonces… ¿en qué se diferencia esta crisis de las anteriores? En que, si no nos organizamos y empleamos una violencia creciente aquí y ahora, esta será la última batalla que plantearemos los inferiores, los desfavorecidos.

Hoy nada ha cambiado, salvo el número de existencias en las que un individuo participa en este conflicto eterno.

Ya nadie muere, es verdad, aunque seguimos sin ser todos iguales. La inmortalidad se ha convertido en un eufemismo, pues hay diferencias entre las formas de no-muerte. Los reencarnados son los neocapitalistas del presente y disfrutan periódicamente de un cuerpo nuevo en su vida perpetua; mientras que los simplemente resucitados, el grueso de la población, sólo disponemos de una regeneración repetida del mismo cuerpo original una existencia tras otra.

Ha quedado patente que la resurrección es un proceso de eficiencia decreciente. Las funciones cerebrales superiores se deterioran progresivamente de vez a vez, si no se dispone de un nuevo sistema nervioso. ¡Los parches sinápticos son un engaño! Dentro de pocas existencias, tres o cuatro a lo sumo, no seremos más que una sombra de lo que fuimos.

Compañeros… camaradas… quedaremos relegados a una masa anónima y amorfa; más numerosa que los reencarnados, pero colectivamente desestructurada y dominada por necesidades elementales, básicas, primarias... Nunca más estaremos en condiciones de alzarnos contra la explotación.

El final del camino es que perderemos aquello por lo que aún se nos teme: nuestra conciencia de clase. Conforme se sucedan más resurrecciones, habrá un ejército de revividos sin identidad, ni utilidad ni valor para la sociedad.

Ahora está en juego que los explotadores mantengan los privilegios en todas las existencias futuras. Pero en esta ocasión los reencarnados han cometido un grave error. El capitalismo siempre se ha sustentado también en una posibilidad, aunque remota, que algunos miembros de las clases inferiores puedan ascender por méritos propios a la cúspide de la pirámide social.

Sin esa posibilidad, sin ese factor de división entre nuestras filas, estamos abocados a una revolución imparable. ¡Cuerpos para todos! ¡Que sean ellos los muertos vivientes! ¿Estáis conmigo, camaradas?

Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2009)

NOMBRES PROPIOS DE LA FICCIÓN ESPECULATIVA

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Se atribuye a Robert A. Heinlein, en el año 1948, el primer uso conocido del término Ficción Especulativa con el significado ya comentado antes de “sinónimo de ciencia ficción”. Heinlein debió de darse cuenta de que el invento pecaba de ser un traje demasiado grande, con un posible campo de aplicación muy extenso, por lo que con posterioridad especificó que la Ficción Especulativa, en el sentido que él le daba, no incluía a la Fantasía.

En el ámbito de la literatura, las relaciones entre ambos sinónimos podemos decir que han sido controvertidas. Ficción Especulativa nació de una necesidad patente en una serie de escritores que pensaban que la ciencia ficción adolecía de limitaciones, si la comparabas con la literatura general, y no satisfacía plenamente ciertos requisitos intelectuales.

Frecuentemente se ha visto de forma negativa a los defensores tradicionales de la Ficción Especulativa, como unas personas con prejuicios que se apartaban de la corriente principal. Hubo un punto de coincidencia entre los autores que asumían la Ficción Especulativa con el movimiento de la New Wave (Nueva Ola): Judith Merril, Harlan Ellison, Frederik Pohl… en el que se veían integrados dentro de la corriente literaria general y abandonando muchos de los tópicos y convenciones de la ciencia ficción.

En su defensa también debe decirse que activaron de gran manera el panorama cultural desde los años 1960 a principios de los 70s, sobre todo por su carácter experimental, mayor cuidado del estilo literario y por no ceñirse a límites establecidos ni a los esquemas habituales de la ciencia ficción clásica. Opiniones acreditadas consideran ese período como la Segunda Revolución de la CF.

Donde la Ficción Especulativa ha sabido situarse mejor quizás haya sido en el ámbito de los ensayos, artículos y comentarios: analizando con ojo crítico las distintas facetas del fantástico. Algunas publicaciones incluso han tenido carácter académico. Citemos revistas que se han ganado un nombre propio, como son:

EXTRAPOLATION. Se considera que fue la primera revista dedicada a publicar trabajos académicos sobre ciencia ficción y la fantasía. Fue fundada en 1959 por Thomas D. Clareson y se publicó inicialmente en el College of Wooster. Posteriormente pasó a depender de la Universidad del Estado de Kent y desde el año 2002, de la Universidad de Texas en Brownsville. Revista encaminada a publicar artículos de una amplia variedad de enfoques críticos; animando al diálogo entre los estudiosos, además de otros alicientes, porque no descuida el contexto cultural tan amplio (la enorme variedad de soportes) en que pueden presentarse en la actualidad tanto la ciencia ficción como la fantasía.

FOUNDATION. Pensada como una revista internacional de ciencia ficción, se fundó en el año 1972 con la intención de publicar artículos y comentarios críticos. Graham Sleight en el cargo de editor. La publicación de esta revista es una más de las actividades llevadas a término la Science Fiction Foundation en el Reino Unido, como son: un centro documental, la organización de conferencias y demás actividades orientadas hacia la promover el estudio de la CF. También aquí encontramos presencia del mundo académico, pues entre estas actividades está el mantenimiento de una colección de libros conjuntamente con la Universidad de Liverpool.

STRANGE HORIZONS. Revista on line fundada en septiembre de 2000 por la escritora y editora Mary Anne Mohanraj quien fue sucedida en el año 2004 por Susan Marie Groppi. Cuenta con una plantilla de aproximadamente treinta voluntarios, y es inusual entre los profesionales de revistas de ficción especulativa al ser financiada en su totalidad por donaciones. Presenta en cada número una combinación inédita de ficción, artículos, reseñas… sin olvidar poesía o arte especulativo.

Y aquí concluye esta breve perspectiva histórica de lo que llamamos Ficción Especulativa, así como de alguno de sus más notables vehículos de expresión.

Claudio Landete Anaya
Editorial del Grupo de Ficción Especulativa. 30 Marzo 2010.

LA FICCIÓN ESPECULATIVA A DEBATE

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Hace unos dos años, en una comunidad virtual, una persona preguntó qué eran exactamente los cuentos de ficción especulativa. De las variadas respuestas que se dieron, hubo una que se consideró la mejor por la mayoría y que reproduzco aquí: «Son los llamados cuentos de anticipación, ciencia ficción o ficción científica; tratan acerca de historias que podrían ocurrir en futuros próximos o cercanos. Como nadie puede predecir el futuro, el género se presta a toda clase de especulaciones, de ahí su rótulo».

Y ciertamente esta definición, más o menos consensuada entre un grupo de aficionados, la considero muy ilustrativa porque pone de manifiesto directa o indirectamente los siguientes hechos:

1.- «Ficción especulativa» se emplea como un sinónimo de «ciencia ficción».

2.- Tiene un carácter abierto.

3.- Denota algo vago e inconcreto.

4.- En caso de existir alguna limitación narrativa, no está especificada por la propia definición dada a este género.

5.- Se interpreta que tanto puede darse una difícil suerte de coincidencia, posibilidad de pronóstico o de anticipación, sobre circunstancias que podrían acontecer en un mañana...

6.- ...como que no se dé la coincidencia. Y las especulaciones aparecen libremente en la definición ante la enorme variedad de probables futuros.

7.- Queda de manifiesto un cierto reflejo intelectual en el lector: buscar elementos de comparabilidad o vínculos entre lo aventurado en la obra de ficción y el mundo contemporáneo en el que vive.


Respecto a que se tome Ficción Especulativa como sinónimo - un término sustituto- de Ciencia Ficción. En principio es algo perfectamente comprensible de pensar. Incluso se considera que el intento más serio de cambiarle el nombre a la CF fue obra de la influencia cultural ejercida en los años sesenta por los defensores del movimiento especulativo, intentando mantener las mismas iniciales SF del original inglés Science Fiction como se indica en el libro Ciencia Ficción Guía de lectura (Miquel Barceló, Ediciones B, año 1990). Pero no nos engañemos, aunque con una elevada coincidencia, no son sustitutos perfectos.


Podemos interpretar la Ficción Especulativa como una reestructuración, aparentemente coherente, de hechos o de causas específicas con un resultado que, aunque no tiene correspondencia en el mundo real, sí puede permitirnos obtener reflexiones de cierto valor intelectual.

Según lo veo, interpretamos la realidad que conocemos de una forma “determinista”: el estado de la tecnología es el que es, las relaciones sexuales, sociales o políticas son las que conocemos y punto, etc... Para disponer de otra perspectiva, nos hacemos una pregunta contrafáctica:

¿Que habría sido si...? ¿Qué sucedería si...? ¿Por qué no...? ¿Y si cambio...? ¿Imaginemos un lugar donde...?

La literatura especulativa parte de una premisa (condición contrafactual o punto de partida alterno) a base de cambiar un “factor determinante” o “causa específica” de la realidad que conocemos. La labor del escritor consiste en explorar los posibles cambios previsibles derivados del proceso y utilizarlos en un escenario alternativo para contar una historia. El proceso creativo es un reto teórico, además de una rebelión cultural contra la predeterminación.

Y lo que viene después es sólo un cuestión de límites. ¿Hasta dónde estoy dispuesto a llegar? ¿Hasta dónde pienso que puedo desligarme o alejarme de mi realidad? ¿Qué coste en términos de verosimilitud narrativa o de plausibilidad temática puedo asumir para explicar una idea?

Claudio Landete Anaya
Editorial del Grupo de Ficción Especulativa. 23 Enero 2010.


- LOS RECOLECTORES -


-1-


En el puente de mando de la gigantesca nave de carga, la actividad es frenética.

-Ya tenemos las primeras lecturas y valores relativos del próximo cuadrante, Capitán. ¡Son sorprendentes!

-Explíquese, Comandante.

-Los resultados manifiestan una extraña alteración en los coeficientes de biomasa del Planeta Productor J-385, con respecto a los datos a esperar. Aún estamos demasiado lejos para determinar la causa.

-Disponga las coordenadas del planeta J-385 en el rumbo de la nave y prepare el salto a velocidad máxima de transporte. Active también los sensores de rastreo para largo alcance e infórmeme cuando disponga de más datos -después de mandar a la tripulación, hizo lo mismo con las máquinas-. Ordenador central de información...

-A su disposición, Capitán.

-Exposición de los datos almacenados en tu memoria del planeta J-385 y representación en espaciograma.

[]ACCEDIENDO... Planeta J-385
>Objetivo: Productor de materia orgánica, para el consumo por degradación.
>Datos: Es el tercer mundo con respecto a su sol, de los nueve que existen en este cuadrante. Tamaño y temperatura lo hacen apto para el desarrollo de la vida. Presenta dos movimientos. Uno de rotación y otro de traslación alrededor de su sol que equivale en el tiempo a 365 ciclos rotatorios.
>La forma de vida dominante son unos gigantescos reptiles, idóneos para recoger y extraer la energía almacenada en los enlaces entre sus átomos de carbono.
>De ciclo vital extremadamente más corto que en nuestro Mundo Origen, lo que provoca mayores tasas de mortalidad y reproducción.
>Última cosecha: Hace exactamente 500 parcecs, que equivalen a sesenta millones de ciclos traslacionales del citado planeta.
FIN DEL INFORME []


-2-


-Capitán. Los escáners muestran que el índice de biomasa total es superior de lo esperado. Sin embargo, la forma de vida dominante ha variado, probablemente debido a los cambios climáticos que demuestran los termográficos. Ha sido reemplazada por una especie bípeda de mayor coeficiente intelectual aunque de menor tamaño que los reptiles de anteriores recolecciones.

-Inaudito -acertó a decir el dirigente de la nave.

-La nueva especie se debe probablemente a cruces antinaturales seguidos de un proceso evolutivo alternativo, favorecido por el gran potencial de mutación que existe en este mundo. Químicamente, su principal elemento constitutivo continua siendo el carbono; en lugar de variar a un sustitutivo como el silicio, fenómeno que sucede en otros planetas productores. La especie bípeda es apta para recolectar y consumir.

-No hemos realizado entonces el viaje en vano -respondió pragmático el Capitán, mientras se acariciaba la crin posterior.

-Pero aún falta lo más extraordinario. En los monitores se observa una cultura propia, conciencia social y la posesión de tecnología primitiva que aplican a sistemas defensivos y viajes espaciales de corto recorrido. Reúnen las características para entrar en contacto con otros seres intelectivos.

-Este hallazgo puede obligarnos a cambiar el curso de acción en este cuadrante. Primer Práctico, póngame en contacto con el Almirante de la Flota Recolectora.

Tras un breve flujo de información con la nave insignia de aquella expedición.

-Presten atención todos. He hablado con el Almirante y nos ordena continuar con la recolección.

-Pero... Capitán, son seres inteligentes, no podemos eliminarlos.

-En otras circunstancias serían un grato hallazgo, pero nuestro pueblo necesita nutrirse. Ni en nuestro yermo Mundo Origen, ni en otro enclave de nuestra galaxia existe otra forma de alimentarse que pueda suponer el fin de la recolección. Ya lo sabe, es simplemente una cuestión de supervivencia. No hay lugar para pensamientos elevados, ante carencias primarias. Comandante, no se deje disuadir por una «sensación paradójica» que afecte su sentido común; contrarreste sus efectos, ha sido entrenado para ello. Piense que una sensación no puede anteponerse a una necesidad primordial.

Los Recolectores, aunque su verdadero nombre es Zaferodos, estaban en la cima del desarrollo, situación en que se enmascaran con eufemismos y términos difusos los aspectos más desagradables y violentos, para no contrariar la elevada imagen que cada cultura siempre tiene de sí misma. En ese cometido habían erradicado de su vocabulario palabras como asesinar o... remordimientos.

Y se activaron las unidades de propulsión que desplazaban los enormes contenedores, vacíos por poco tiempo. Hoy una civilización desaparecería.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 1994)




- ROMANCE EN TIEMPO DISCONTINUO -

Una vez recogida la mesa, la Sra. Staton se marchó a la cocina con
lágrimas en los ojos y un lamento en el alma. Últimamente siempre lloraba. El ambiente en el hogar era de profundo disgusto desde hacía meses y el desencuentro crecía. Por ello, el Sr. Staton decidió, una vez más, entablar un diálogo constructivo, una salida a la triste situación.

-Hablemos, hijo. No podemos soportar una situación así, sin decirnos una palabra. Tu madre está destrozada.

-No tenemos nada que hablar. Ya he tomado la decisión. Prepararé la maleta y me iré a vivir con quien me quiere sin reservas ni condición alguna -dijo el joven.

-¿Es que no lo entiendes, Vincent? ¿Cuantas veces tendré que repetirlo? Ella, tu novia, ha dado positivo en el Test de reminiscencias. No os podéis casar. La Iglesia no consentirá en oficiar ese matrimonio.

-Llámala por su nombre: Elisabeth. ¿O es que también le vas a negar la condición de persona?

-No me respondas en ese tono. Sólo quiero hacerte entender que lo que ella siente puede ser muchas cosas, pero no amor... nunca amor... por lo menos hacia ti. Asúmelo, es una discontinua.

-¿Y por qué es eso tan malo? Esta sociedad es patética con tanto prejuicio.

-Vincent, escucha, nada nos alegraría más que saber que has dado con una muchacha que te quiere. Nunca nos opondríamos a un romance. Somos tus padres, por Díos bendito, sólo pensamos en tu felicidad. Nada que objetar, por ejemplo, si después de casaros se manifestase esa disfunción de la mente, como cualquier otra enfermedad sobrevenida. Y tú deber en ese caso sería cuidarla en la adversidad. Pero que Elisabeth entre en la familia, que le des el apellido Staton, sabiendo que ella, bueno... en fin... a día de hoy está contigo porque le eres útil para completar una representación mental y nada más que por eso, es muy duro de digerir para tus padres.

-Me ofendes y la insultas. Yo soy el amor de su vida. ¿Es tan difícil de asumir? Sólo veo recelo y desprecio porque no es de la misma clase social.

-Falso. No es amor, es otra cosa. Y tú bien lo sabes.

-¿Qué es lo que sé?

-Según las palabras de Marcus, el médico de la familia que ha revisado el test, tú eres un «epifenómeno» para ella. Tu papel en la mente y en el corazón de Elisabeth es el de un acontecimiento accesorio dentro de otro principal. ¿Crees que decirte esto no me rompe el alma, hijo?

El joven apretó los puños y se mordió la lengua. El Sr. Staton percibió un leve destello de aceptación. No podía ceder. El progenitor siguió con la conversación.

Los discontinuos fijan en su memoria algún evento principal para repetirlo una y otra vez, en un ciclo sin fin. Básicamente es recrear una sensación: un qué. Y las circunstancias: dónde, cómo o quién son accesorias, pero útiles porque permiten afianzar la reminiscencia del evento. Tu presencia sólo sirve para que no se corten los lazos asociativos en su universo interior. Los discontinuos no son normales, no aíslan la emoción ni de su contexto ni de su soporte afectivo. El Test de reminiscencias demuestra que con el transcurso de los años no se debilitan ni se aíslan sus recuerdos. Es como una suerte de obsesión, una mirada perpetua a un hecho del pasado, pero de una intensidad inusual. No te conviene, Vincent. Admítelo.

-Con la convivencia –reconoció el joven sus intenciones- sabré qué acontecimiento fue y miraré de vincularlo de alguna manera más a mí todavía, para que siempre desee estar a mi lado igual como yo anhelo vivir con Elisabeth toda la vida.

-No digas eso. ¿Cómo vas a iniciar una vida en común en esas condiciones? ¿Intentando ser un remedo de qué...? No sabes cuán profundo es el corazón de una mujer. No te resultará posible localizar un recuerdo de una vida ajena, un tesoro tan celosamente guardado pues en secreto es el motivo principal de su existencia, para explotarlo a tu favor. Sencillamente no podrás hacer que ella te corresponda. Admítelo: cubres una necesidad emocional... pero nunca será amor sincero. Y tú eres joven, con un porvenir abierto y con mucho valor para aportar en una relación, digamos... correspondida de veras. No es que quiera entrometerme en cómo tienes que trazar tu vida, es sólo que veo que te diriges a un abismo y no soy capaz de permanecer impasible, sin avisarte al menos.

Hubo un tiempo sin tantos silencios ni desencuentros en aquel hogar, pero parece tan lejano para Vincent y su padre. Tras un largo suspiro y una fugaz mirada esquiva, como buscando algún punto de apoyo alrededor, el porte del joven se avino un poco más con el tono conciliador de la conversación.

-He leído extenso acerca de los discontinuos. Que están desorientados en el tiempo. Que no se enriquecen ni aprenden en el mismo grado que nosotros de las experiencias posteriores al hecho trascendental que les provocó una emoción tan intensa. Los discontinuos viven más tiempo pendientes de reproducir intuitivamente las sensaciones de un pasado agradable que no en obtener nuevas experiencias de un presente o un futuro prometedor. Por eso les llaman así, no establecen una existencia
lineal. Sino una existencia a caballo entre el acontecimiento principal del pasado y las reminiscencias o hechos secundarios de los que se rodean en el presente.

-Vincent, hijo, te comprendo: yo también fui joven e impetuoso. Y cometí mis propios errores sin escuchar a nadie. Te pido que no te precipites, simplemente eso. Sigue viéndola si es tu deseo, pero no te comprometas aún. No sea que lo lamentes profundamente y tengas que vivir el resto de tus días con un peso imposible de soportar. La ciencia avanza rápidamente y quizás en breve se encuentre alguna medicación. Desiste de casarte con Elisabeth hasta que ese descubrimiento llegue. Sin ir más lejos, hace veinte años no existía ninguna herramienta para detectar la
pauta regresiva dominante: la reminiscencia. Pero a día de hoy, la Iglesia todavía no admite el matrimonio con discontinuos porque se considera que tienen mermadas las facultades mentales.

»Por favor te lo ruego. No te ciegues. No asumas sobre tus hombros una carga que no es tuya. Toma conciencia y no aceptes por completo esa responsabilidad. Las parejas no son como la relación que mantienes con Elisabeth. Ambos han de empujar por igual en ese proyecto ilusionado que es una vida en común. La convivencia ya es bastante dura de por sí, incluso sacrificándose ambos por igual.

Después de un breve amago por levantarse del lugar e ir junto a su esposa que lavaba la vajilla en la cocina, el Sr. Staton concluyó con aire aún más entristecido y apagado:

-No conseguirás que te ame. Es imposible. Sé listo y no cometas el mismo error que hace veinte años... yo.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2008)





- TRANSPARENCIA GENÉTICA -


El sonido del despertador anuncia un nuevo día y el término del sueño reparador.

El desayuno llega después de una rápida ducha con hidromasaje. Entre tostadas con mantequilla y buen café, todavía medio dormido, me dispongo a leer las noticias del día en la red telemática pública. Los titulares de los diarios digitales se despliegan uno tras otro en la pantalla del comedor. A pesar de las diferencias ideológicas de cada consejo de redacción y de cada grupo de opinión, hay unanimidad editorial sobre el titular del día.


LEY DE TRANSPARENCIA GENÉTICA
DAWSON & LORINGER ABOGADOS SE ENFRENTAN AL GOBIERNO


Raro es el día que la Ley 12/2179 de Transparencia Genética no es objeto de discusión y de polémica. A los retractores se les conoce despectivamente como individualistas frente a los partidarios o comuneros. El objeto de debate es concreto. ¿Quién es el propietario legal de la herencia biológica: siempre el ciudadano o en determinadas circunstancias el estado? ¿Pueden los poderes públicos beneficiarse de un bien material, aunque intangible, vinculado a la esencia del individuo como es la herencia biológica? The Daily Digital es más sensacionalista en la portada y me decanto por desplegar su menú interactivo.

EXPROPIACIONES GENÉTICAS A DEBATE
LA LIBERTAD BIOLÓGICA EN PELIGRO
ALARMA SOCIAL


Leo con detenimiento la sección de cartas al director. Las opiniones vertidas son demoledoras. Después mi mirada desfila por las diferentes columnas a cargo de colaboradores habituales en ese periódico. El ambiente que se desprende es rupturista y hay comentarios de la siguiente guisa: El gobierno intenta violar la última libertad que le queda al ciudadano; primero fue la Policía Cerebral, ahora, expropiaciones genéticas. ¿Qué vendrá después de confiscarnos el ADN, Sr. Primer Ministro? Los testamentos genéticos ahora son ilegales... No se menciona alarma social a la ligera. La crispación crece en la opinión pública.

Es verdad que en los últimos tiempos, los hombres han renunciado a ciertos derechos y parcelas de intimidad por el bien de la mayoría. Un ejemplo de ello fue la creación de la tan cuestionada Policía Cerebral con sus centros de reeducación de la conducta y sus cárceles emocionales. La ciudadanía aceptó esa medida para salvaguardar la sociedad. Fue un trueque: pérdida de libertad personal a cambio de mayor seguridad. Amplios sectores de población lo consideraron un trato justo, aunque también se escucharon detractores. Ahora, sin embargo, la percepción es muy distinta. En un entorno tan masificado, tan agresivo y con tan escasa privacidad, se percibe esta iniciativa legal, cuestionar la titularidad del ADN, como la última prenda que puede despojársele ya al individuo.

Sigo leyendo. Hay un artículo particularmente incisivo. Tiene por títular: Pura raza o descastado.

La Ley 12/2179 de Transparencia Genética predica la accesibilidad biológica. Se constituirán Registros de Información Genética de carácter público, similares a sus homólogos en otros ámbitos de la propiedad. El Primer Ministro incluye las dotaciones genéticas dentro del Derecho Patrimonial. Dado que por patrimonio se entiende el conjunto de bienes o cosas económicamente valuables que pertenecen a una determinada persona, así como sus relaciones jurídicas...

El articulista defiende que ya hay demasiadas clasificaciones en nuestra sociedad y que no se debe permitir la mínima cabida a probables racismos o especulaciones biológicas. Un icono blanco y rojo parpadea en la esquina superior derecha de la pantalla. Es una noticia de última hora. Presiono ligeramente con un dedo y tomo el último sorbo de café. Es una conexión en directo transmitida en tiempo real.


LOS DEFENSORES GENÉTICOS TOMAN LAS CALLES
DISTURBIOS FRENTE AL PARLAMENTO.
CUANTIOSOS DAÑOS



El periodista, conmocionado por los violentos enfrentamientos que se producen detrás de él, comenta que el despacho de abogados Dawson & Loringer ya ha presentado una Cuestión de Inconstitucionalidad, un Recurso de Amparo dentro del plazo legal, basándose en el carácter retroactivo de la nueva Ley. No es mala estrategia, en absoluto.

El ordenamiento jurídico no puede presentar dos normas contradictorias, de forma que resulte imposible la aplicación de ambas a la vez. Y la Ley de Transparencia Genética no tiene en cuenta una cuestión relevante: la herencia biológica actual de una persona contiene todos los rasgos transferibles desde sus antepasados. El derecho vigente en la vida pretérita de los antepasados no contemplaba esta transparencia. En el peor de los casos, la entrada en vigor de la Ley 12/2179 obligaría sólo a la herencia que se creara o se transmitiera desde cero, a partir de la aprobación de esta norma y no a los genes y rasgos transmisibles existentes con anterioridad.

Para que surtiera el efecto deseado por el gobierno, un incremento recaudatorio al confiscar el Estado cadenas valiosas de genoma humano, se vulneraría el principio de seguridad jurídica. Las normas no pueden ser retroactivas para que el individuo no quede en indefensión. La regulación de sus derechos y de sus actos ha de ser conforme al momento de su realización y no puede proyectarse al pasado, cuando existían otros escenarios jurídicos.

Con suavidad deposito la taza apurada sobre su plato y no dejo de pensar que los tienen bien puestos estos abogados. Lo que les viene encima, serán el ojo de un huracán judicial y político de trascendencia considerable. Me gustaría saber cómo acabará esto, pero mi recuerdo acaba aquí. Sólo soy una «Remoción», una emoción censurada, un contenido mental que se ha apartado de la conciencia de un ciudadano para que no admire a los opositores del gobierno y no se sume a sus protestas. Una unidad de memoria extrapsíquica reprimida, aislada. Y si no se me conecta con los datos de otras unidades, este breve episodio es todo mi reducido universo.

Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2001)




- LA DOCTRINA OFENSIVA -


1

El General de cuatro estrellas Norman Schwarzkopf inclinó su ancha figura y cerró los ojos cuando concluyó el parte de guerra correspondiente a los incidentes acaecidos en la autopista Basora-Bagdad. Era el 26 de febrero de 1991 y en el aire irrespirable de la tienda de campaña tanto el humo de los cigarros como el sudor de los estrategas competían con otra forma de hedor más sofocante: el de la muerte.

Las últimas palabras del informe habían sido escritas por el coronel Anthony Moreno: «Probablemente hemos matado a unos cuantos miles de soldados de la infantería iraquí, enterrándoles en sus trincheras, muchos de ellos aún vivos»

Las explicaciones verbales sucedieron a la información escrita.

-Las unidades iraquíes que se quedaron para luchar sufrieron el ataque combinado de tres cuerpos de la 1ª División motorizada, cuyos tanques especialmente diseñados llevan delante una pala excavadora con la que pueden enterrar a... –explicaba Joe Purvis.

-Lo sé. Conozco a la perfección nuestros carros de combate. No es necesario que prosigan con la exposición –cortó secamente el general-. ¿Qué está sucediendo en esta campaña? ¿Cómo es posible que una estrategia tan bien planificada como la operación “Tormenta del desierto” esté desembocando en... en... –no encontraba la palabra oportuna- ...en esto?


2


Era una reunión del Estado Mayor Conjunto, junto a Schwarzkopf se encontraban: el General de brigada Buster Glosson, conocedor de los ataques aéreos de las tres primeras fases y el Teniente coronel Joe Purvis, en representación de la fase cuarta, maniobras terrestres, a la vez que también jefe del equipo SAMS, los cerebros pensantes de la Escuela de Estudios Militares Avanzados que habían evaluado, supuestamente, todas las contingencias posibles de un ataque en gran escala.

-Cuando planificamos esta campaña, nos las prometíamos muy felices, pensábamos que podríamos conseguir un factor cero. Todos ustedes son militares de carrera y saben a la perfección lo que significa esta expresión. En términos castrenses quiere decir que uno de los bandos en conflicto dispone de una superioridad de tal magnitud que es capaz de ganar una guerra con cero bajas entre sus filas o un número muy reducido, frente a la aniquilación absoluta del ejército enemigo.

-Lo estamos consiguiendo precisamente de esa forma. Es aceptable el coste humano entre nuestros soldados –respondió Buster Glosson.-. Esta guerra ya se ganó en la primera hora de ataque, con la destrucción de las dos principales estaciones de radar que vigilaban el pasillo aéreo de Bagdad y las incursiones subsiguientes. Después está siendo un mero despliegue de consolidación. El enemigo no tiene ninguna posibilidad de orquestar un contraataque ni de ofrecer resistencia significativa.

-No... No. Discrepo, caballeros. El panorama no es tan simple. ¿Y quién asume responsabilidades en los episodios de violencia descontrolada que estamos viviendo? Pueden emplear todos los eufemismos que les pasen por la cabeza: daños colaterales, fuego amigo, incidentes bélicos no planificados... pero lo cierto es que se está derramando mucha más sangre de la necesaria en el avance de las tropas de la Coalición Internacional. Los ataques no están siendo tan quirúrgicos como presumíamos.

-Ciertamente hay que reconocer una cosa –intervino el Teniente coronel Purvis-. Los errores incontrolados están aconteciendo en nuestro bando, las tropas de la coalición son las responsables, sin ningún paliativo ni excusa.

Estaba muy fresco en la memoria -sólo hacía una semana- el recuerdo de la masacre en el suburbio de Almiriya donde dos bombas guiadas por láser se estrellaron en un refugio para mil quinientos civiles, en su mayoría niños, a causa de un dossier erróneo de Inteligencia que informaba que en aquel lugar había un centro de mando militar enemigo. O un incidente similar en Fallujah donde aviones Tornado británicos apuntaron hacia un puente y alcanzaron un mercado al aire libre, sembrando el caos y la desolación entre inocentes.

Demasiados errores. Demasiados episodios de violencia sin control –la voz de Schwarzkopf se volvió más dura y crítica-. La CNN se está haciendo eco de esas situaciones, incluso transmitiendo imágenes comprometedoras y nos han obligado a los comandantes estadounidenses a disculparnos públicamente por estos errores. El mundo entero nos está juzgando en estos momentos, caballeros.

-Sé dónde quiere ir, Norman –Purvis cogió de nuevo el hilo de la conversación-. Esta Guerra del Golfo Pérsico podría haber supuesto una revolución sin precedentes en el arte de la guerra. Por primera vez hemos conseguido incomunicar casi por completo y desde el inicio de las hostilidades a una cadena de mando de un ejército enemigo. Los estrategas de Saddam Hussein están ciegos. Los aviones AWACS de las Fuerzas Aéreas de los EEUU están cumpliendo con notable éxito con la misión asignada de bloquear todas las transmisiones de radio en el espacio aéreo iraquí, eliminando el correcto flujo de información entre sus estructuras de mando.

-Y por otro lado –añadió Buster Glosson-, nosotros sí que hemos organizado un eficaz sistema propio de comunicación y localización, mediante antenas parabólicas plegables y transceptores portátiles alimentados por baterías. Nunca se realizó algo así con anterioridad: convertir la comunicación en sí misma en un elemento más de la doctrina ofensiva con tan notable éxito.

-Más a mi favor, señores, si hasta hemos conseguido aquí y ahora hacer del propio acto de comunicación un arma más a nuestro servicio. Mientras los adversarios ignoran de dónde les vienen los golpes, nuestros compatriotas -cómodamente en el sillón de su comedor- ven estrellarse casi en tiempo real las bombas guiadas por láser que lanzamos. Pero pese a la sofisticación de nuestros sistemas de ataque, se está truncando el paseo triunfal de nuestros soldados, pues cada día hay nuevos episodios lamentables fuera del plan de batalla que ocasionan muerte indiscriminada. ¿Qué pasa en este teatro de operaciones que no hemos sido capaces de anticipar? ¿Cómo pueden desviarse tantos proyectiles? ¿Por qué agredimos a tal cantidad de civiles, e incluso a aliados, si no es nuestra intención? En una frase, caballeros... ¿Qué estamos haciendo mal?


3




August Kopelan presentó por correo administrativo su carta renuncia. Si alguna vez pensó en una situación cómo aquella, la renuncia a la carrera castrense, siempre la imaginó menos decepcionante. Aunque cuando vio en las telenoticias el lamentable suceso de Samawah donde se destruyeron dos puentes estratégicos sobre el Éufrates, pero las bombas cayeron también sobre un pueblo vecino y murieron varios habitantes... supo que no le quedaba más opción que abandonar su cargo en la Escuela de Estudios Militares Avanzados.

Advirtió a su superior que no era posible llevar a la práctica un factor cero, que de hecho nunca lo sería para el hombre. Y cuando le pidieron razones, no gustó lo que salió de sus labios.

«Lo que denominamos factor cero, la aniquilación planificada de un ejército enemigo sin coste notable en nuestras filas, ni sobre terceros involucrados en la zona, nunca podrá llevarse a buen término. He apreciado un efecto curioso sobre la violencia marginal (la agresión o destrucción ocasionada como consecuencia de cada nuevo ataque, supuestamente selectivo, manteniendo constantes el resto de elementos), no decae, en vez de quedar localizada en el objetivo establecido se extiende por causas accidentales al resto del teatro de operaciones. Por lo tanto, pese al intento de control, se mantienen comparables los valores de la cantidad total de violencia con respecto a otras guerras del pasado.

No tendríamos que extrañarnos. El ser humano se resiste al cambio a todos los niveles. No hay ninguna razón objetiva para pensar que nuestro legado: obras y acciones, incluida la violencia, no padezcan de la misma condición o, si se prefiere otro término: imperfección. La guerra, que tiene sus orígenes en lo más antiguo, profundo y oscuro del alma, se comporta de forma invariable como hija legítima del hombre y se resiste a convertirse en otra cosa distinta de lo que ha sido, es y siempre será».



Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2009)



- SILENCIO ROTO -


1

El médico forense Travish Morgan dio por concluida la autopsia y remitió las últimas muestras al Instituto Anatómico Forense.

Era realmente espectacular el incremento de tumoraciones en lengua, faringe y laringe que se había producido en los últimos años. Alguien tendría que actualizar el estudio médico de distribución corporal del cáncer según Goldman, pues las tumefacciones vinculadas a la boca ya superaban a los tan temidos cánceres de vejiga, próstata o recto.

Se sabe muy poco sobre los mecanismos o procesos que se desarrollan dentro de la célula y conducen a una proliferación tumoral irreversible y autónoma. Travish estudió todas y cada una de las múltiples teorías para explicar los proceso de nuevas formaciones de tejido o neoplasias. Está la teoría de los restos embrionarios, de la irritación crónica de Virchov, virásica, de la mutación somática e incluso inmunológica.

Sí se conoce que la teoría virásica, aunque se ha probado experimentalmente, no tiene una confirmación segura en la especie humana. Sin embargo, cómo se explicaba, sino, el brote de neoplasias vinculadas a los órganos de fonación. En verdad, parecía una verdadera epidemia.

Las muestras biológicas fueron analizadas en el Instituto Anatómico Forense. No había nada destacable. Las células que formaban la tumoración eran muy parecidas entre sí y mantenían semejanza con los tejidos cercanos. A pesar de ser, en este caso, un tumor benigno causó la muerte del huésped por su localización y tamaño. ¡No había ninguna explicación lógica que explicase tantos casos de tumores bucales!


2


HOSPITAL PSIQUIÁTRICO BHOEREM
MASSACHUSETTS


-¡No estoy loco!

-Esa teoría suya de los dos hemisferios del cerebro enfrentados, compitiendo uno contra el otro, es absurda.

-¡No!¡No lo es! ¡La sociedad cada día nos obliga a asimilar y memorizar mayor cantidad de información!

-¿Y qué?

-En épocas pasadas, cuando el hombre necesitaba menos memoria, había un hemisferio dominante y el otro estaba subdesarrollado. Pero hoy las dos mitades del cerebro se están desarrollando por igual, compiten por la dominancia.

-No podremos ayudarle si no intenta olvidar esas ideas.

-¡Estoy en lo cierto! Los dos hemisferios disponen de sistemas de memoria asociados a las palabras y a su expresión. ¡Se llaman módulos lexicológicos! ¡Y cuando un módulo lexicológico no puede acceder a un órgano de fonación... intenta crearlo!

-¿Sabe lo que está diciendo? ¿Personas con dos bocas?

-En el futuro, probablemente. La Evolución nos está llevando a ello.

-¡Dos bocas! ¡Enfermeros llévenselo!


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 1998)



- APOCALIPSIS -

Después de incontables esfuerzos, se descartó la idea de descubrir otras formas de vida. La hipótesis de probables entes orgánicos derivados del silicio que evolucionaron alternativamente en lejanas galaxias resultó errónea. La humanidad se acostumbró a vivir en una amalgama de resignación y complacencia. Paradójicamente y contra todo pronóstico, el ansiado contacto se produjo... en nuestro propio planeta.

Los visitantes se materializaron de la nada. Eran apenas una decena, suficientes para aprender que no éramos el centro del universo; existían otros descendientes legítimos de la Creación.

Aparecieron enfundados en extraños trajes de cuerpo entero y diseño futurista, salpicados de cables y sensores casi de forma ridícula, flotando entre las corrientes de aire. Eran humanoides prácticamente a nuestra imagen y semejanza, pero parecían irreales e intangibles, como espejismos multicolores. Recordaban las proyecciones holográficas que se exhiben en las salas de arte.

Nos ignoraron a pesar de numerosas tentativas por comunicarnos. Temerosos, esperábamos adivinar sus intenciones y confiábamos en que fueran benignas. Es imposible explicar con meras palabras el shock emocional que sufrió nuestra especie; fue un acontecimiento social perturbador y traumático. Incluso se constituyó una religión que adoraba a los extraterrestres como si fueran dioses.

Creíamos que nos encontrábamos en el umbral de una nueva era, el albor de un futuro orden. La utópica unidad mundial por primera vez fue real, los países vecinos olvidaron viejas rencillas y odios. Los intereses particulares se relegaron a un segundo plano para que la humanidad afrontase solidaria tan magno evento cósmico.

¿Cuál sería la relación que mantendríamos con aquellos seres superiores?

La respuesta aún nos es negada porque los alienígenas nos abandonaron tan rápido como vinieron. Pero antes de evaporarse en el éter, dialogaron entre ellos en un lenguaje desconocido, aunque sospechosamente familiar. Murmuraron palabras sin sentido, frases inconexas; algo relativo a: universos simulados, paraísos artificiales, vacaciones virtuales y fin del program...


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 1994)












- EL PROTOCOLO BABEL -

1


Intuí que algo importante había sucedido, cuando vi a Stephen montado en su viejo Chrevolet. Era de todos conocida su aversión a conducir. Las pocas veces que se adentraba en la carretera, siempre aferraba el volante con los dedos agarrotados y su rostro era un poema, temiendo colisionar en todo momento con cualquier objeto que sobrepasara los cinco kilómetros por hora. El acontecimiento, debía ser a todas luces trascendental ya que no podía esperar al ferrocarril de la mañana.

-Hola Stephen, ¿qué te trae por aquí? -dije a modo de saludo mientras salía a recibirlo al jardín de mi casa.

-No podemos hablar en la calle, Eric. Tengo que informarte de una cosa... asombrosa -respondió inquieto, mientras apagaba el contacto del motor-. Es respecto al SETI...


Me emocionó oír el nombre del proyecto, después de tantos años. Stephen y yo somos de la opinión que nuestras vidas comenzaron a marchitarse en el momento que se clausuró el SETI, el programa de búsqueda de vida inteligente extraterrestre . Demasiados fondos invertidos y, ciertamente, ningún resultado.

-Entremos. Dorothy ha ido a una reunión del club de amas de casa. Estaremos solos. Nadie nos interrumpirá -acompañé la invitación con un movimiento del brazo.

Mi antiguo compañero se apeó del vehículo como si fuese el mismísimo mensajero del Armagedón. Era un puñado de nervios y prisas.

-¿Vuelven a abrir el SETI? -pregunté intrigado.

-No, no. ¿Te acuerdas del concepto en el que trabajábamos juntos?

-Claro, el transductor semántico Babel 1.0 -respondí con un cierto deje de melancolía.
-Bueno, en realidad era más bien un protocolo de análisis de códigos. Una forma de actuación ante cualquier posible mensaje inteligente. Tú pusiste la base matemática y yo los conocimientos lingüísticos.

-¡Cómo voy a olvidar lo que pudo ser el mayor logro científico de mi carrera! Lástima que nunca pasara de la mesa de diseño. Nunca se construyó el prototipo.

-Verás... eso último no es absolutamente cierto. Existe un transductor semántico operativo. Al menos eso creo.

-¿Quién?¿Dónde?¿Cuándo? -acribillé a Stephen.

-Yo. He sido yo, en todos estos años. Invirtiendo parte de mi plan de pensiones y alguna aportación privada que he podido arañar de aquí y de allá. No tengo familia y, en fin, qué más daba dónde pudiera ir mi dinero una vez que hubiera muerto. En cambio, la alternativa era tan atractiva: saber si el concepto de Babel 1.0 era funcional. Además estaba la esperanza, casi infantil, de que algún día reabrieran el SETI y nos volvieran a llamar.

-¿Funciona? ¿El transductor que has construido funciona correctamente?

-Según la máquina, se ha captado un mensaje. Traigo la síntesis... -Stephen introdujo la mano en el bolsillo.

-Mejor nos sentamos, tomamos un café y me lo explicas con calma.


2


Al aroma del suave café, comenté:

-De acuerdo a la síntesis del transductor, has entrado en contacto con una civilización altamente evolucionada. Se expresan con un metalenguaje de nivel 9. Son capaces de elevarse ocho veces por encima del lenguaje-objeto básico, el utilizado para nombrar cosas. Ha resultado ser un contacto con grandes pensadores, ciertamente mucho más inteligentes que nosotros los humanos. ¿Quienes son? ¿De dónde proceden? ¿Cuál fue el canal de transmisión?

-Nunca lo creerás. No sé si he hecho bien contándotelo. Las respuestas pueden romper muchos esquemas de pensamiento -dijo Stephen con aire compungido.

-Suéltalo ya. No hagas que te lo suplique -aunque finalmente , sin poderlo evitar, añadí-: por favor...

-Como te anticipé, la construcción de Babel 1.0 la he sufragado principalmente con mis ahorros. Sin ayuda gubernamental de ninguna clase. El contacto se ha producido sin la asignación de un Punto de Escucha.

-¿Insinúas que no has conectado el transductor a ningún radiotelescopio? Entonces, con una antena convencional, el alcance de la señal habrás sido de pocos kilómetros. ¡Un contacto interior! ¡En nuestro propio planeta!

-Metros -aclaró-. El contacto se ha producido a escasos metros de mi casa.
-¿Stephen, insinúas que tienes un alien por vecino?



-Te lo diré todo, aunque me taches de loco. El contacto ha sido aquí, en la Tierra. Y en cuanto a la forma de vida que se expresa con un metalenguaje de nivel 9, ha resultado ser un nido de pájaros: tilonorincos, para ser más exactos. En medio de una glorieta con flores de hibisco, los cantos de una hembra de tilonorinco que cuidaba de su pichones son la forma más evolucionadas de comunicación de la que nunca he tenido constancia en mi larga trayectoria de lingüista. Es descabellado. ¿Cómo vamos a estar rodeados de seres más evolucionados que nosotros sin que nos diéramos cuenta?



-¿Practicaste el protocolo de análisis semántico en su totalidad o sólo parcialmente? A lo mejor estás ante una hipótesis anticipada.



-No hay la menor sombra de duda. La secuencia fue completa: identificar la señal primaria, eliminar posibles ruidos de fondo, aplicar los patrones matemáticos de comparación, buscar pautas de regularidad, deducir los algoritmos semánticos... En fin, como ves, el Protocolo Babel se cumplió por entero.



-Quizás no sea tan descabellado. Bien mirado, existe una cierta lógica. Tu descubrimiento es ciertamente metafórico: ¿porqué sólo orientamos radiotelescopios y sistemas de escucha al exterior? Muy sencillo, porque damos por supuesto una cosa: en la Tierra existe una jerarquía y el hombre está en la cúspide. Ninguna circunstancia puede cambiar este hecho consumado. Tú hallazgo es fútil porque nunca alteraremos la jerarquía existente. Nunca reconoceremos ciertos atributos a una forma de vida que hemos catalogado por inferior, aunque resulte que nos supere en intelecto.



-¿Y qué haremos, Eric? Podría ser tan enriquecedor... Aprenderíamos tantas cosas de esos pájaros. Nivel 9. Reflexiona: pensamiento abstracto y mucho más.

Después de un largo silencio, mis labios pronuncian la única respuesta posible:

-La jerarquía siempre ha sido y será lo primero -afirmo, mientras rompo en mil pedazos la síntesis del transductor.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2006)



- UN PLANETA SINGULAR -


Mergan Ranno vio acercarse la nave desde el andamio donde realizaban las obras de ensamblaje. Apreció los distintivos blancos del Concilio de Tántalo en el fuselaje del cohete que se disponía a descender. Los negociadores traían una respuesta, por fin. Después de apagar el soplete, el capataz recorrió rápidamente varios niveles en el montacargas y dejó a su segundo en el encargo de revisar si los últimos cien nichos se ajustaban correctamente a las estructuras radiales que, de forma solidaria, harían las veces de núcleo geosférico en aquel proyecto: el tecnoplaneta Nadir.


Por los intercomunicadores circulaban distintas llamadas a los capataces de los cinco continentes. Cada uno debía acudir sin falta a la sala de telepresencia más próxima para una reunión de alta prioridad.

-Ya lo han decidido -informaba el Ingeniero Jefe a los convocados en camino-. El Consejo de Mundos ya ha dado una respuesta en firme a nuestra petición.

A los veinte minutos, faltaba por conectarse únicamente el capataz del continente D. La reunión comenzaba, el ausente se incorporaría en breve.

-Bien, amigos -saludó el Ingeniero Jefe de Synchro Corp. Ltd.-. Como ya sabéis, el Sistema Nadir no está ubicado en una ruta estelar particularmente provechosa. No hay fuentes naturales de riqueza, ni se prevén tampoco complejos industriales. Así que Synchro Corp pensó que el propio mundo fuese el elemento diferenciador y, de paso, el motor económico de este sector espacial.

Todos asentían, alguno fumaba. El último capataz justo se acababa de sumar a la reunión. Un icono dejaba paso a su imagen, en las pantallas. No le dio tiempo a quitarse el hollín de la cara. Estaban al completo.

-La forma de conseguirlo: topografía variable. El prototipo Nadir será un mundo que alterará su superficie a placer. Un planeta artificial de perímetro cambiante. Haremos de esa característica un reclamo turístico. Movilidad absoluta de la corteza planetaria. En verdad, toda una novedad. A eso se están aplicando los equipos de trabajo de los cinco continentes.

-Emplear la fuerza electromagnética para fijar o mover los perímetros respecto de los cimientos geosféricos -afirmó orgulloso el capataz C.

-Un planeta de superficie variable donde no existirán tensiones tectónicas al no haber discontinuidades geográficas -comentó el responsable E.

-Nunca pisará dos veces el mismo Nadir -exclamó D.

-Sorpréndase con el mundo que cambia -replicó el encargado del continente B.

-Vale, vale... que yo también conozco los eslóganes publicitarios - rió el capataz A.


El Ingeniero Jefe acortó las bromas y continuó con su disertación.

-Nos hemos reunido porque ha llegado un representante del Concilio con la respuesta final, la decisión en firme acordada por el Consejo de Mundos. A él cedo la palabra.

Los presentes giraron sus ojos reales y virtuales hacia la silueta del negociador. Aquel hombre que representaba a partes en conflicto porque había olvidado, que no perdido, la capacidad de mentir. En esa condición residía la credibilidad de los conciliadores.

-En primer lugar, el Consejo de Mundos ha comprobado que el proyecto de un planeta artificial de perímetro variable era seguro. La conclusión ha sido reconocer que es metaestable y que en efecto la seguridad tanto de turistas como de residentes estará garantizada aquí, en Nadir -dijo el Conciliador. Nadie emitía el más mínimo ruido-. Las pruebas a escala no han dejado el menor rastro de duda. Después se ha analizado si la estructura económico-político-social de este tecnoplaneta se diferenciará en más de un dieciocho por ciento respecto al mundo colonial más similar a ustedes...

-¿Cuál ha sido la respuesta? -preguntó Mergan Ranno, del continente B y el más impaciente de los capataces.

-Dejen que el conciliador lo explique a su modo -inquirió el Ingeniero Jefe -. Discúlpelos, es la emoción del momento. Da escalofríos el pensar que quizás nos hayan concedido plena autonomía.

-Como bien saben, si el grado de diferenciación es inferior o igual a un dieciocho por ciento, no se concede el estatus de "Mundo", sino que se considera una colonia anexa al planeta más similar; en otras palabras: "unidad administrativa" sin representatividad.

-No son clasificaciones gratuitas. Recuerden como era la sociedad antes -corroboró el Ingeniero Jefe.

-Los elementos diferenciadores aparecían por doquier y sin justificación, los políticos apelaban siempre a ellos y... ¿para qué? Tales exigencias sólo escondían individualismo. Puro y simple egoísmo; desligado de la realidad social, en la mayoría de los casos. Es verdad que hay diferencias reales y profundas entre ciertas poblaciones; pero otras tantas veces no las hay. El hecho se volvió incuestionable: la sociedad no puede continuar subdividiéndose más sin un motivo cierto; igual que un número fractal, igual que un campo de Mondelbrot. Porque con cada nueva división sin sentido, la comunidad se debilita más y más, convirtiéndose en algo indefinido e indefinible, con cada emancipación que sólo contiene una versión reducida del propio conjunto del que dice discrepar.

Breve pausa y después el conciliador continuó.

-Por ello nació la necesidad de disponer de un parámetro objetivo. Un patrón de medida que permitiera calibrar en su justo término el alcance de las diferencias. Un análisis económico-político-social integral, los Indicadores de Pearson.

-¿Y qué han decidido? -preguntó Mergan Ranno.

-Respuesta afirmativa. Sí. Nadir, cuando esté plenamente operativo, mantendrá una discrepancia de un 37,32 porcentual con respecto a la sociedad más similar a ustedes. La topografía variable de este tecnoplaneta será un elemento diferenciador de suma trascendencia que afectará y alterará la comunidad que aquí resida. El hecho de que el hábitat se modifique cada pocas horas o días, repercutirá en su concepción del individuo, de la familia y de las relaciones interpersonales con terceros. Es por este motivo que les reconocen el estatus de Mundo y, en consecuencia, también sus derechos políticos.

-¡Esto merece un trago! -dijo alguien.

-Más importante que las celebraciones es que ustedes comprendan el espíritu de la norma. Primero: si una sociedad es homogénea, no se puede escindir pues se estarán alegando causas subjetivas que no proceden. Y segundo, cuando se autoriza una independencia, como ha sucedido hoy... En fin, es porque... bueno, eh... ustedes serán con el tiempo... diferentes... DIFERENTES.

El conciliador tuvo que guardar silencio y el eco de sus palabras se perdió en la sala de telepresencia. Ya nadie escuchaba.

Habían comenzado las celebraciones.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2006)

- YO, PECADOR -



Francisco Garrido conocía el castigo por no hacer los deberes. Así que cuando el profesor expulsó al alumno de clase, el infante ya sabía dónde había de ir.

Las normas en el internado eran inquisitoriales. Y a cada falta detectada por los adultos le correspondía una pena. Aquella suerte de sentencias tenía el honor de ejecutarlas el hermano Cresenciano en un tétrico cuarto habilitado para tal cometido. Lo único que podía hacer el infante culpable era escoger el momento del día en que recibiría los golpes.

Por lo general el castigo siempre se postergaba al final de la jornada porque los niños dejaban extinguir las horas evitando enfrentarse al dolor que esperaba pacientemente. Así fue como Francisco dejó pasar el primer recreo sin jugar, lo mismo pasó a la hora de la comida en que no probó bocado o a la de la siesta que no pudo dormir. Al caer la tarde todos los internos que habían retrasado vanamente la cita con el hermano Cresenciano iniciaban una penosa procesión a su lúgubre santuario de dolor.

La Sala de Castigo, por tal nombre se conocía, era muy reducida. El sacerdote esperaba detrás de una austera mesa, sentado. A su lado estaba el «libro» la relación de los alumnos que habían incumplido sus obligaciones, junto con el número de golpes o azotes por recibir. Cuando Francisco se presentó, el religioso se caló unos deslucidos lentes y, después de buscarle en dicho libro, dijo sin contener cierta alegría malsana:

-Ocho. ¡Usted recibirá ocho!

El alumno extendió una mano, esperando recibir tal número de golpes en ella propinados por la recia regla de madera que guardaba el sacerdote en uno de los cajones. Sin embargo, el religioso comentó:

-¡No con la regla!¡Hoy será diferente!

Con ojos atónitos, Francisco Garrido, contempló como aquel despiadado ejecutor cogía una especie de instrumento antiguo que alguna vez había visto que servía para afilar las navajas de afeitar. Dicho artefacto era de gutapercha, una suerte de caucho negro que propinaba unos azotes descomunales, tanto que a los pocos golpes la piel ya quedaba insensible para soportar más dolor.

El primer azote ya hizo saltar lágrimas al niño. A la segunda sacudida el infante presentaba la cara congestionada por el sufrimiento.

-¡Pide perdón! -exigió el religioso y propinó un tercero.

Al otro lado de la puerta se escuchaban los murmullos de más niños que se arracimaban allí, como en las ventanas, esperando vislumbrar si el religioso doblegaría al niño. La gutapercha cortaba el aire, ululando de forma demoníaca antes de estrellarse contra Francisco Garrido.
-¡Pide perdón!¡Por el nombre de nuestro Señor!

El alumno se mordía los labios, pero ningún sonido salía de su boca.

-¡No quieres postrarte ante nuestro Padre Infinito!¡Pedirás perdón y alabarás su nombre! -El hermano Cresenciano bajó la mano del niño que había recibido los azotes hasta entonces, ya insensible a más tortura, y le cogió la otra. La gutapercha volvió a cortar el aire y, ahora ya sí, empezaron los gritos.

El primer grito fue breve: corto y grave, como una exhalación. Después, el infante ya se desmoronó. Y el sacerdote entró presa de un paroxismo de golpes que cayeron como lluvia torrencial. Fueron muchos más de ocho los azotes.

-¡Perdón, perdón!¡No volverá a repetirse! -dijo el infeliz, mientras cobijaba ambos brazos debajo de las axilas.

-¡Alaba el nombre del Señor! -pidió el hermano Cresenciano presa de una excitación sin límite, blandiendo amenazadora la gutapercha.

-¡No volverá a repetirse! ¡Lo juro! ¡En el nombre de nuestro Señor... Satanás!


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2000)



- PRISIONES -

Mi compañero yace lánguidamente entre las sábanas. Duerme. El acto sexual es un buen relajante, alivia las tensiones almacenadas durante la jornada. Después de varios fracasos conyugales, por fin he hallado mi pareja ideal.

La sensación de paz que me embarga a su lado, que invade mi persona, no deja lugar a dudas. Es mi complemento. Soy tan dichosa que hasta fantaseo, parezco una adolescente virginal que descubre los devaneos por primera vez. La vida sin un amor a quien prodigar caricias es vacía y hueca.

¿Por qué un Creador piadoso, omnipotente, autosuficiente e incuestionablemente infalible nos fragmentó en mitades imperfectas, dependientes. No, el cuerpo, el sexo, es como una... ¡¿celda?! que nos limita; no es obra divina, sino una crueldad.

¿Y si alguna entidad nos aprisionó en un pasado remoto, en castigo a acciones indignas y en previsión de futuros intentos de fuga fuimos alterados a nivel corporal y metafísico: disgregando el alma en varios recipientes orgánicos?.
Divide y vencerás. Entonces, hombres y mujeres, ignorantes reclusos que se sienten libres, invertiríamos gran parte de nuestros esfuerzos en buscar la mitad robada; y teniendo en cuenta la miríada de posibles parejas del sexo opuesto, escapar de este mundo prisión resultaría casi imposible: ocupados siempre en continuos flirteos, en equivocados cortejos hasta encontrar la persona idónea: otro aspecto diferente de nosotros mismos.

Aunque cabe una posibilidad que no había contemplado. Si alguien como yo está convencido de haber encontrado su complemento, como dicen vulgarmente: "la media naranja"; después de la breve y gozosa unión corporal que expande las percepciones, después del placer meramente físico, el encuentro de un espíritu dividido haría consciente a los amantes de su triste suerte. Se desmantelaría la gran mentira de la existencia: la Tierra es una penitenciaría y los humanos subyugados por el deseo carnal son sus propios carceleros. Las diferencias anatómicas ligadas al sexo constituirían los más hermosos grilletes que nadie pudiera concebir, infinidad de cerraduras para una sola llave.

Pero si ese venturoso encuentro se produce, como en mi caso, la farsa se derrumba. Puedo clamar a las masas la aterradora verdad, la humanidad en pleno se amotinaría y el espíritu, aun disociado, no habría sido subyugado plenamente. Así sucedería, si este sueño tentador no se apoderara de mi ánimo, como una liviana anestesia que evita que razone más.

-zzzzzzzzzzzzzzzz.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 1994)




- EDITORES DE SUEÑOS -

1

Siempre hay una lectura que te marca y deja una huella indeleble en tu ser. En mi caso fue Caminata al Sol del escritor Geoffrey A. Landis. Yo era muy joven y resultó fascinante aquella historia de una náufrago espacial que tenía que sobrevivir, después de un alunizaje de emergencia, caminando incansablemente en busca de la luz del Sol que dotaba de energía su sistema de soporte vital.

Tantos momentos he imaginado la vasta desolación de la Luna, la dramática huida de la cara oscura..., que significaba morir en la más absoluta negritud. Es bien cierto que la materia de los sueños es escasa, pero, a veces, se deposita en los libros y puede impregnar a más gente. Es como una cadena, infinita si se le da la oportunidad.

Eso pensábamos mi socio, Román Ramos, y yo cuando decidimos aperturar una modesta editorial. Mi nombre es Gerardo Martín y nuestro negocio se llama "La Carabela, servicios editoriales".


2

-¿Han llegado las devoluciones? -pregunto.

-Mejor no quieras saber -contesta Román cabizbajo.

-¿Tan malas han sido las ventas?

-Estábamos locos cuando decidimos abrir la sociedad. No sé si habrá oficio menos rentable que editar. El libro es un producto extraño, mira que el precio de venta se obtiene, generalmente, multiplicando por cinco el precio de coste. Hay pocos negocios que trabajen con un margen aparentemente tan elevado. Pero si empiezas a restar: la comisión del librero, también el coste del distribuidor, las devoluciones, derechos de autor, diseño de las cubiertas, costes de traducción o de corrección... qué queda al final. No queda casi nada. Pero lo que me indigna más son las mermas, aquellos libros que retornan los libreros en mal estado y que ya no podrás vender.


3

Veo a Román mucho más apagado de lo habitual. La verdad es que la pequeña nave industrial sede de "La Carabela, servicios editoriales" languidece. Las cajas provenientes de devoluciones se amontonan apilonadas aquí y allá, según la zona geográfica donde se han intentado vender.

Queríamos ser fabricantes de sueños. Ayudar a aquellos escritores que nos remitieran originales interesantes y sembrar de aventuras y prodigios las mentes de los jóvenes con nuestros libros.

Sueños o fantasías son las palabras más comunes con las que se denomina el sentido de la maravilla, esa curiosa facultad de adentrarse en una historia y desligarse de la realidad. Dicen que ese sentido maravilloso sólo se desarrolla en la tierna infancia y se ha fijado la edad de doce años como límite para haberlo desarrollado. Consiste en agregar una mayor capacidad de imaginar al repertorio de respuestas del cerebro. Pero Román y yo preferimos el término soñar, tiene más encanto.


4

-La distribución. Hemos de decantarnos a ser distribuidores. Hay menos riesgo. El coste de las publicaciones no lo has soportar -afirma mi socio.

-Es verdad. Cierto es que resulta más mercantil -reconozco con amargura.

-Las cifras cantan, Gerardo. Si suprimimos el coste y dedicación actual a la edición y nos centramos exclusivamente en comercializar, tendremos una cuenta de resultados más desahogada, no habría estrecheces económicas.


Miro los pilones de libros. Me llaman la atención con su digna quietud. Si acepto la propuesta de mi socio, vendrán otros libros a sustituir a éstos. Serán iguales o incluso más dignos que los actuales, pero no los podremos sentir como nuestros. No habremos hecho nada para crearlos. No habremos dejado nuestra pequeña impronta en ellos. Sería como sumarse a un carro que ya está en movimiento, pero no serás tú quien le dé el empujón inicial. Dejaríamos de ser fabricantes de sueños, para ser algo indefinido. Román no es consciente, pero perderíamos nuestra esencia, aquello por lo que escogimos esta profesión. Así que me decido a jugar una última carta desesperada.

-Tienes razón -y añado, haciendo acopio de mis pocos conocimientos en la jerga marinera-, el enemigo posee el doble de cañones y de hombres. Lo mejor es arriar las velas y dejar que otros surquen los mares.


5

Como dije al principio, siempre hay una lectura que te marca y deja una huella indeleble en tu ser. En el caso de mi socio, Román, fue La carabela española de Emilio Salgari. Él nunca ha hecho mención de ello, pero yo siempre lo he sospechado. Y hasta he recreado mentalmente como debió de ser aquella lectura. Seguramente un ejemplar desvencijado heredado de algún hermano mayor. Me acabó dando la razón el nombre que sugirió para nuestro negocio y que yo acepté: "La Carabela, servicios editoriales".

Acusa el golpe. Durante todo el rato ha hablado de cancelar la línea editorial, pero hasta este preciso momento no había sido consciente de la renuncia que supondrá. Somos modestos, disponemos de recursos limitados; pero a nosotros acuden los creativos en busca de ayuda. Seguramente si dejamos de editar, si cerramos esa línea deficitaria de negocio, estos escritores se dirigirán a otras puertas. Una fábrica de sueños menos que habrá en el mundo. Y las cuestiones son: ¿Cuántas más quedarán?¿A qué velocidad se estarán extinguiendo?

-¿En cuántos lugares se habrá dado una conversación como ésta? -me pregunta condolido.

-Si te refieres a la elección entre materialismo e idealismo, es tan vieja como el mundo.


6


El resto de la mañana no mediamos palabra. El conflicto que se ha desatado en el interior de mi socio se refleja en su semblante. Sólo espero que llegue a la conclusión de que existe una forma de salvar nuestra colección de libros.

Siempre hay una solución que armonice los intereses de todas las partes implicadas, si se sabe buscar. Quizás recurrir al mercado de saldos para obtener liquidez.

Muchos editores han efectuado un ligero cambio en el formato de una colección para excusar la salida a saldo de los títulos que ya no creen que puedan venderse a precio normal. Y con esa inyección de dinero solventan el problema a medio plazo.

Quizás coediciones en las que los costes de impresión se repercuten entre dos o más partes implicadas. En seguida reconozco lo precipitado de la idea. Mejor no pensar en esta opción, "La carabela" se ha ganado un buen nombre y goza de prestigio. Según como se planteasen las coediciones, el mercado podría recibir la impresión de que nos habíamos convertido en una editorial de vanidad y que se aceptaban los originales pensando más en criterios económicos que literarios.

Quizás un fondo editorial distribuible que añadir a nuestro catálogo. En fin, no sé cómo; pero seguro que hay una alternativa. Sólo ruego que mi socio la encuentre.


7

-¿Sabes lo que me enerva de este pequeño drama? -dice Román.

-No -respondo expectante.

-Que el escritor no acostumbra a ser consciente. Muchas veces da por sentado que si le editas es porque obtienes un considerable lucro económico. Pero eso pasa pocas veces y ninguna si apuestas por autores desconocidos, como hacemos nosotros.

No tengo palabras. Qué le voy a decir a mi socio-amigo que él ya no conozca. Los editores vocacionales ya sabemos cuán profundos son los mares en los que nos aventuramos.

-Si estás conforme, podemos posponer un año la decisión definitiva sobre el futuro de la colección. De momento no hay pérdidas, sólo un beneficio muy reducido que apenas nos da para mantener a nuestras familias y que no justifica tanta dedicación.

Asiento con la cabeza porque un nudo en la garganta me impide hablar.

-Pues nada. Inicia los trámites para no perder la periodicidad habitual: concertar una entrevista con el siguiente autor que teníamos seleccionado, petición de ISBN y del depósito legal, elección de portada... que mientras tanto yo miraré de dónde podemos sacar algo de dinero.

Busco el siguiente manuscrito que verá la luz. El nombre del autor no me dice nada, natural, es desconocido. Prometedor, pero anónimo para el mercado al que intentaremos arañarle unas ridículas ventas. Marco su número de teléfono. Al tercer tono descuelgan. Siempre es agradable dar una buena noticia.


Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2004)