- ANÁLISIS DE REALIDADES -

-¡Me prometiste que iríamos a Luna Park! ¡Quería ver el Centro de Atracciones de la Luna! -exigió el adolescente a su padre con un gesto de recriminación en el enojado rostro.

-Si aprobabas todo el curso. Si no suspendías ninguna asignatura -matizó el adulto.

-No puedes hablar en serio. Análisis de realidades no es una asignatura en el sentido estricto del término, no te enseña nada «real». Análisis de realidades es una actividad extraescolar.

-Cuando forma parte de tu ciclo educativo será porque se considera importante.

-¡No pretendas compararla con el cálculo, las ciencias naturales o el lenguaje!

-¿Por qué no?

-En una asignatura se te enseña el saber adquirido a lo largo del tiempo. Cada rama de la ciencia, incluso de las artes, es una materia concreta y definida dentro de la jerarquía del conocimiento. El propósito de cualquier plan académico de estudios ha de ser enseñar de lo real y cierto; el saber consolidado. Nunca lo ambiguo o susceptible de interpretación subjetiva.

-Así fue hasta hace pocos ciclos. Sin embargo la sociedad se ha vuelto tan dinámica y compleja que ya no basta con memorizar los datos. No es suficiente con fijar el saber en el cerebro.

-¡Es increíble! ¡Mi padre, que debería ser modelo de madurez, defiende la cultura derrotada por la imaginación!

-¡No! ¡Yo justifico la cultura enriquecida por la reflexión! Además, tengo entendido que en análisis de realidades también se respetan un conjunto de preceptos y reglas básicas.

-¡Absurdo! ¡Es una excusa para privarme de mis vacaciones en Luna Park!

-No, hijo. Tú defiendes la memoria muerta y yo, por el contrario, soy partidario de la memoria viva. Dentro de escasas generaciones ya no será necesario retener la cultura en el cerebro. Gracias a los recientes avances en miniaturización cualquier ciudadano podrá disponer inmediatamente de ella e, incluso, llevarla en el bolsillo.

»La Era de la Cultura ya ha pasado, el conocimiento tecnológico ha sido conquistado y ampliamente superado; igual que también se dejó atrás la Era de la Naturaleza en los albores de la civilización. Hoy en día los problemas y desafíos del mundo son de carácter político. Se ha de educar al ciudadano en los usos razonados de los avances científicos -las actuales formas del saber- y en la evaluación de las repercusiones posteriores. Las nuevas generaciones debéis de aprender a tomar decisiones en esta nueva etapa, la Era de la Política.

-Análisis de realidades no me enseña nada. Lo que hacemos es inventar narraciones coherentes de anticipación sobre el futuro previsible. Lo cual representa una anticipación sobre la propia anticipación: una anticipación de segundo grado, con infinitas variables e incógnitas y completamente desligada de la realidad. ¡El futuro es imprevisible! ¡Cualquier perspectiva es borrosa!

-Te preparan para asumir los cambios, hijo. Se te enseña a tomar decisiones favorables. Te hacen reflexionar sobre las repercusiones posibles de cada acción. Cómo será el mañana, según el camino que tomemos hoy. Vivimos en una sociedad de permanente evolución y cambio. Hemos de enseñaros a adaptaros lo más rápidamente y acertadamente posible. Lo que en la escuela es una simple actividad extraescolar sin repercusiones, en el vivir cotidiano se vuelve irremediable. Una decisión desafortunada raras veces se puede compensar.

-Al ciudadano se le instruye accediendo a la cultura. Las formas del saber te conceden la independencia intelectual.

-No es suficiente. La memoria muerta sólo tendría cabida en una sociedad finita y estancada, pero la historia siempre está abierta. El futuro es susceptible de ser cambiado en cada momento.

-No puedo creer que Lendo, mi compañero de clase, vea Luna Park porque imaginó una especie humana modificada artificialmente para vivir en el inhóspito planeta Venus. ¡Y yo que he aprobado todas las asignaturas científicas, que sólo he suspendido Análisis de realidades, habré de renunciar a mis vacaciones!

-La adaptación de la humanidad a nuevos ambientes devenió en una ciencia precisa, se llamaba «pantropía». Tu compañero razonó muy acertadamente las modificaciones corporales.

-¡No es justo! Lo podría entender... si fuésemos humanos.


Claudio Landete Anaya,
Mataró, España (año 2000)

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