- TRANSPARENCIA GENÉTICA -


El sonido del despertador anuncia un nuevo día y el término del sueño reparador.

El desayuno llega después de una rápida ducha con hidromasaje. Entre tostadas con mantequilla y buen café, todavía medio dormido, me dispongo a leer las noticias del día en la red telemática pública. Los titulares de los diarios digitales se despliegan uno tras otro en la pantalla del comedor. A pesar de las diferencias ideológicas de cada consejo de redacción y de cada grupo de opinión, hay unanimidad editorial sobre el titular del día.


LEY DE TRANSPARENCIA GENÉTICA
DAWSON & LORINGER ABOGADOS SE ENFRENTAN AL GOBIERNO


Raro es el día que la Ley 12/2179 de Transparencia Genética no es objeto de discusión y de polémica. A los retractores se les conoce despectivamente como individualistas frente a los partidarios o comuneros. El objeto de debate es concreto. ¿Quién es el propietario legal de la herencia biológica: siempre el ciudadano o en determinadas circunstancias el estado? ¿Pueden los poderes públicos beneficiarse de un bien material, aunque intangible, vinculado a la esencia del individuo como es la herencia biológica? The Daily Digital es más sensacionalista en la portada y me decanto por desplegar su menú interactivo.

EXPROPIACIONES GENÉTICAS A DEBATE
LA LIBERTAD BIOLÓGICA EN PELIGRO
ALARMA SOCIAL


Leo con detenimiento la sección de cartas al director. Las opiniones vertidas son demoledoras. Después mi mirada desfila por las diferentes columnas a cargo de colaboradores habituales en ese periódico. El ambiente que se desprende es rupturista y hay comentarios de la siguiente guisa: El gobierno intenta violar la última libertad que le queda al ciudadano; primero fue la Policía Cerebral, ahora, expropiaciones genéticas. ¿Qué vendrá después de confiscarnos el ADN, Sr. Primer Ministro? Los testamentos genéticos ahora son ilegales... No se menciona alarma social a la ligera. La crispación crece en la opinión pública.

Es verdad que en los últimos tiempos, los hombres han renunciado a ciertos derechos y parcelas de intimidad por el bien de la mayoría. Un ejemplo de ello fue la creación de la tan cuestionada Policía Cerebral con sus centros de reeducación de la conducta y sus cárceles emocionales. La ciudadanía aceptó esa medida para salvaguardar la sociedad. Fue un trueque: pérdida de libertad personal a cambio de mayor seguridad. Amplios sectores de población lo consideraron un trato justo, aunque también se escucharon detractores. Ahora, sin embargo, la percepción es muy distinta. En un entorno tan masificado, tan agresivo y con tan escasa privacidad, se percibe esta iniciativa legal, cuestionar la titularidad del ADN, como la última prenda que puede despojársele ya al individuo.

Sigo leyendo. Hay un artículo particularmente incisivo. Tiene por títular: Pura raza o descastado.

La Ley 12/2179 de Transparencia Genética predica la accesibilidad biológica. Se constituirán Registros de Información Genética de carácter público, similares a sus homólogos en otros ámbitos de la propiedad. El Primer Ministro incluye las dotaciones genéticas dentro del Derecho Patrimonial. Dado que por patrimonio se entiende el conjunto de bienes o cosas económicamente valuables que pertenecen a una determinada persona, así como sus relaciones jurídicas...

El articulista defiende que ya hay demasiadas clasificaciones en nuestra sociedad y que no se debe permitir la mínima cabida a probables racismos o especulaciones biológicas. Un icono blanco y rojo parpadea en la esquina superior derecha de la pantalla. Es una noticia de última hora. Presiono ligeramente con un dedo y tomo el último sorbo de café. Es una conexión en directo transmitida en tiempo real.


LOS DEFENSORES GENÉTICOS TOMAN LAS CALLES
DISTURBIOS FRENTE AL PARLAMENTO.
CUANTIOSOS DAÑOS



El periodista, conmocionado por los violentos enfrentamientos que se producen detrás de él, comenta que el despacho de abogados Dawson & Loringer ya ha presentado una Cuestión de Inconstitucionalidad, un Recurso de Amparo dentro del plazo legal, basándose en el carácter retroactivo de la nueva Ley. No es mala estrategia, en absoluto.

El ordenamiento jurídico no puede presentar dos normas contradictorias, de forma que resulte imposible la aplicación de ambas a la vez. Y la Ley de Transparencia Genética no tiene en cuenta una cuestión relevante: la herencia biológica actual de una persona contiene todos los rasgos transferibles desde sus antepasados. El derecho vigente en la vida pretérita de los antepasados no contemplaba esta transparencia. En el peor de los casos, la entrada en vigor de la Ley 12/2179 obligaría sólo a la herencia que se creara o se transmitiera desde cero, a partir de la aprobación de esta norma y no a los genes y rasgos transmisibles existentes con anterioridad.

Para que surtiera el efecto deseado por el gobierno, un incremento recaudatorio al confiscar el Estado cadenas valiosas de genoma humano, se vulneraría el principio de seguridad jurídica. Las normas no pueden ser retroactivas para que el individuo no quede en indefensión. La regulación de sus derechos y de sus actos ha de ser conforme al momento de su realización y no puede proyectarse al pasado, cuando existían otros escenarios jurídicos.

Con suavidad deposito la taza apurada sobre su plato y no dejo de pensar que los tienen bien puestos estos abogados. Lo que les viene encima, serán el ojo de un huracán judicial y político de trascendencia considerable. Me gustaría saber cómo acabará esto, pero mi recuerdo acaba aquí. Sólo soy una «Remoción», una emoción censurada, un contenido mental que se ha apartado de la conciencia de un ciudadano para que no admire a los opositores del gobierno y no se sume a sus protestas. Una unidad de memoria extrapsíquica reprimida, aislada. Y si no se me conecta con los datos de otras unidades, este breve episodio es todo mi reducido universo.

Claudio Landete Anaya
Mataró, España (año 2001)

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